El cannabis es una planta muy completa que puede hacer que la tierra sea más verde de lo que es actualmente.
Es purificador del aire. Consume el dióxido de carbono producido en la atmósfera y deja esta más limpia, de manera más eficaz que los árboles, ya que por cada tonelada de cáñamo se eliminan 1.63 toneladas de dióxido de carbono del aire.
Las hojas, las flores y los tallos del cannabis están repletos de nutrientes. Esto la hace muy popular. A medida que la planta crece, ocurre un proceso biológico en que algunas hojas se desprenden, enriqueciendo el suelo con nutrientes beneficiosos para la siguiente cosecha.
Es una planta estupenda para la rotación de cultivos porque es de crecimiento anual, alcanzando un gran tamaño apenas cuatro meses después de ser plantado, por lo cual es ideal para enriquecer el suelo y rejuvenecerlo para otros cultivos.
No necesita pesticidas, fungicidas ni herbicidas para obtener un rendimiento fructífero. Por esta razón es muy bueno para el medio ambiente, ya que los químicos utilizados contaminan el suelo, el aire y el agua, ocasionando problemas de salud como el cáncer.
Posee una red de raíces de hasta tres metros, siendo esta una gran solución para las tierras de cultivo que experimentan erosión del suelo, porque esta red de raíces puede mantener el suelo unido, evitando así el deterioro del mismo.