El estrés es una reacción psicológica y física normal a las exigencias de la vida. Un poco de estrés puede ser bueno y motivarte a un buen desempeño. Sin embargo, muchos desafíos diarios, como tener que esperar en un embotellamiento de tráfico, cumplir con plazos de entrega y pagar las facturas, pueden imponerte más presión de la que puedes tolerar.
Tu cerebro viene programado con un sistema de alarma para protegerte. Cuando el cerebro percibe una amenaza, le envía una señal al cuerpo para que libere una explosión de hormonas que aumentan el ritmo cardíaco y elevan la presión arterial. Esta reacción de alarma te da energía para lidiar con la amenaza.
Cuando la amenaza desaparece, el cuerpo debería volver a su estado normal de relajación. Desafortunadamente, las complicaciones constantes de la vida moderna, sus exigencias y expectativas causan que el sistema de alarma de algunas personas no se apague casi nunca.